El Alma y los parásitos energéticos
¿Sabes cuál es la diferencia entre una entidad de pensamiento y un egregor?
¿Cuáles son los 3 egregores negativos que más condicionan la sociedad actualmente?
¿Qué papel juega el Alma en la renovación y/o disolución de los viejos egregores?
En el vídeo de hoy aprenderás sobre:
- Qué es un egregor y cuál es su naturaleza
- Tipologías de egregores
- Qué son los parásitos energéticos
- Significado etimológico y esotérico de egregor
- Los 3 egregores negativos que más condicionan la sociedad
¿Qué es un egregor?
Un egregor es una entidad de pensamiento colectiva. Es la suma de energías mentales y energéticas que crean muchas personas y que adquiere autoconciencia propia. Los egregores pueden ser positivos o negativos dependiendo de como condicionan la percepción, el pensamiento y el sentimiento humano. Lamentablemente muchos egregores se crearon hace miles de años cuando la humanidad tenía un estado de conciencia que no se corresponde al momento actual y eso genera dificultades para que podamos evolucionar más rápido y progresar social y culturalmente.
Cuando hablamos de entidades psíquicas, esencialmente existen de dos tipos diferentes: las elementales y las artificiales. Las que tienen que ver con formas elementales son aquellas que han sido creadas por la propia naturaleza. Muchas formas energéticas a nivel etérico, astral y mental forman parte del proceso evolutivo en cada uno de los reinos: mineral, vegetal, animal, humano y suprahumano. A las formas elementales, generalmente más evolucionadas, se las ha denominado devas (Hinduismo) o ángeles (Cristianismo). Las menos evolucionadas están relacionados con los elementos de la naturaleza y han sido llamados gnomos, hadas, silfos, salamandras, ondinas...
Éstas formas de vida energéticas son muy sensibles a las emanaciones de los seres humanos actuales y a la contaminación atmosférica de los sitios muy aglomerados. De ahí que no exista mucha relación ni reportes, como si hubiera sucedido en otras etapas de la humanidad.
En un rango de vibración más baja de las entidades elementales encontramos a lo que podemos llamar parásitos energéticos. Estos se alimentan de las vibraciones negativas de los seres humanos. Por ejemplo del tipo de energías que se emanan en las adicciones, los arrebatos de ira, las emociones negativas como los celos, vergüenza, tristeza, y muchas otras... Todo lo anterior genera vibraciones bastante densas, por eso decimos que son negativas. Éstas formas elementales inferiores se alimentan de ello. En resumen, algunos de los llamados parásitos energéticos, son entidades psíquicas naturales que se forman en el propio proceso evolutivo de la naturaleza.
Luego existen las entidades psíquicas artificiales que son formas de pensamiento creadas por los seres humanos generalmente, aunque también por cualquier forma de vida pensante. Estas pueden ser de alta o baja vibración dependiendo de la cualidad de dicho pensamiento. Se dice generalizando que durante el día tenemos alrededor de 70.000 pensamientos de los cuales la mayoría son intrascendentes. Entre estos pensamientos, los que tienen una carga emocional y son recurrentes están conectados a entidades de pensamiento. Estás entidades artificiales también adquieren eventualmente autoconciencia propia y condicionan el carácter de la persona. Superficialmente se les ha llamado hábitos. Cuando millones de personas generan un mismo tipo de pensamiento y cualidad están creando un egregor que es una entidad psíquica masiva o colectiva que afecta grupos grandes de personas o a una extensión considerable del espacio.
Tipologías de egregores
Un egregor es bueno o malo según afecte a la conciencia de las personas que están experimentando ese egregor y dependiendo de su naturaleza. Existen muchos tipos de egregores, algunos muy ancestrales y otros más recientes aunque igual de poderosos.
Algunos bastante relevantes son:
- Las marcas → Este egregor se alimenta constantemente a través del pensamiento dirigido por los medios de comunicación y la publicidad. Si conectas con una marca puedes percibir su tipo de vibración y como difiere a si conectas con otra marca. De ahí que diferentes personas y sustratos sociales sientan mayor atracción por una u otras marcas. En realidad, poco tiene que ver con la calidad en sí del producto, se trata de una cuestión psíquica.
- Egregores asociados a diferentes enfermedades → Una enfermedad no solo es física sino que tiene que ver con un egregor.
- Egregores asociados a objetos o espacios → Como puede ser un libro, una iglesia, centros comerciales durante las rebajas, una casa "maldita", un lugar sagrado o bendecido...
- Egregores asociados a los deportes → Los vemos actuar al comprobar como una persona transforma su actitud, comportamiento y temperamento al conectar con "su" equipo de futbol o "su" afición y se mueve por espacios donde miles de personas también están conectadas a dicho egregor.
- Egregores asociados a países o cultura → Los diferentes países son Almas grupales que trabajan y desarrollan diferentes cualidades. Ellos crean infinidad de egregores que condicionan y constituyen la idiosincracia de cada país y cultura con todas sus tradiciones, cualidades positivas y negativas. En algunos países los egregores unifican más a un pueblo y en otros son mucho más variados, con el consiguiente conflicto entre sus diferentes pueblos. Este es el caso de España, por ejemplo. El patriotismo también es un egregor.
- Egregores en los gremios → Médicos, abogados, policías, militares, arquitectos.... Podemos observar ciertos esteriotipos en cada gremio. Estas tendencias son una consecuencia de los egregores que existen.
- Egregores en las películas → Actualmente son un elemento orientado al control de las masas. Cuando uno se identifica con lo que está viendo, produce emanaciones energéticas de una cualidad determinada que producen y alimentan egregores muy potentes en algunos casos. Esto es muy evidente en las películas románticas y de terror. Estos egregores hacen pensar que el "amor" debe ser como es en Hollywood y esto produce una distorsión e insatisfacción en nuestras relaciones. El terror y la violencia nos vuelven tolerantes y nos insensibiliza a dichas energías, llegando incluso a producir placer en ciertos grupos de personas.
- Egregores de personajes públicos → Cantantes, famosos, deportistas, políticos… Se genera un egregor alrededor suyo que lo condiciona hasta incluso puede identificarse con él. Estos egregores pueden ser positivos en mucho sentido porque empoderan a la persona, pero son peligrosos porque condicionan. Muchas veces vemos que "el personaje se ha comido a la persona". El problema surge cuando se crea una brecha entre el egregor creado sobre la imagen de la persona y lo que la persona es realmente.
- Egregores de las tradiciones → Las personas tienen mucho apego a las tradiciones. Muchas de las tradiciones son positivas porque son una serie de rituales que promueven la unidad o potencian ciertas cualidades psíquicas positivas. Sin embargo otros egregores de tradiciones impiden a una cultura evolucionar y progresar hacia nuevas etapas de conciencia. Una tradición es un egregor que una cultura adopta y llega a entrelazar con su propia autoimagen de sí misma.
- Egregores de la casuística de los maestros ascendidos, de los arcángeles y de los ángeles → Muchas personas intentan canalizar a estas entidades pero en realidad canalizan al egregor creado sobre dicha entidad. Algunos de estos egregores son inofensivos en sí mismos y están cualificados con energías relativamente elevadas de devoción. Pero en cualquier caso no son la entidad. Es necesario un desarrollo espiritual considerable y una purificación de todos los cuerpos para realizarlo correctamente. ¡Si quieres saber cómo purificar tu personalidad haz click aquí!
Origen etimológico de la palabra egregor
El origen de esta palabra es del griego y significa velar. En primer lugar debemos comprender que un egregor nos hace actuar de una forma determinada e identificarnos con esa forma de actuar como si fuese propia cuando en realidad no lo es.
Nuestros pensamientos van acompañados de una energía emocional y etérica y esta acumulación de energía concentrada crea al egregor. Los egregores se encuentran del nivel mental hacia abajo. Cuando hablamos de la mente debemos recordar que tiene dos niveles: la mente superior y la mente inferior. ¡Si quieres conocer todos los planos de existencia haz click aquí!
Somos un Espíritu que se manifiesta a través de 3 cualidades divinas:
- La voluntad o el poder
- El amor o la sabiduría
- La luz o la inteligencia
La voluntad en nivel inferior se manifiesta como mente, el amor en el nivel inferior se manifiesta como el deseo y la luz en el nivel inferior o más denso se manifiesta como el cuerpo.
La luz también se relaciona con la mente, ya que nuestros cuerpos físicos en realidad son la proyección de una forma mental. La cualidad Luz como expresión inferior del Espíritu es lo que llamamos la mente superior o abstracta. La mente abstracta tiene la capacidad de pensar sin forma y es desde allí donde se captan las ideas arquetípicas todavía no manifestadas o reconocidas. Por ejemplo los valores son ideas abstractas: libertad, amor... Dios. Captamos vagamente estás ideas pero no somos capaces de plasmarlas y manifestarlas plenamente en nuestro mundo personal, individual y colectivo. De hecho estas ideas arquetípicas son los estímulos que nos llevan a evolucionar y a "acercarnos a Dios".
En el nivel de la mente abstracta también se habla de la mente universal, se dice que el universo es mental. Nosotros somos Almas individualizadas y el Alma simbólicamente es el hijo de la mente. El Alma, el hijo de la mente universal, crea una mente concreta, una mente inferior y así cada uno de nosotros nos individualizamos. Cuando hablamos de mente abstracta, mente superior o del Alma allí no hay egregores, al menos en el contexto del que estamos hablando de ellos.
Los egregores se crean en los niveles de la mente concreta hacia abajo, en el mundo emocional y en el mundo físico-etérico.
Recordemos que egregor significa "que vela". Veremos porque a continuación:
En esa mente abstracta es donde arquetípicamente está la luz (la mente universal) y también está el Alma. El Alma crea formas de pensamiento en la mente concreta y el conjunto de Almas crean egregores colectivos. Los egregores, sí tienen una vibración baja, velan la luz. Significa que no dejan que la luz superior del Alma y de los planos de la Mente Universal llegue a nosotros.
Los egregores más positivos, sin embargo, están más en contacto vibratorio con el Alma y con la mente abstracta. Los egregores más negativos se caracterizan por tener una vibración más baja que conecta con las vibraciones de los niveles más instintivos y pasiones inferiores.
Tres egregores muy condicionantes que nos lastran en la actualidad
Estos egregores se derivan en muchas entidades de pensamiento y subegregores que nos condicionan individualmente y distorsionan nuestra capacidad de percibir las cosas como son o de ver en la claridad de la luz del Alma. Por eso perpetúan ciertas condiciones muy negativas de nuestra sociedad actual.
- Miedo: Probablemente es el egregor más antiguo. El miedo viene de la ignorancia, cuanto más conocimiento menos miedo. En el transcurso de la evolución de la humanidad ha habido momentos tan oscuros y de tanta ignorancia que se han generado muchos miedos y supersticiones. También se deriva del miedo esencial a la muerte, la desaparición o la aniquilación del yo personal. Por eso el ego personal se fundamenta en el miedo.
Actualmente el miedo se utiliza para controlar y manipular a la sociedad, permitiendo gradualmente ejercer un mayor control sobre el libre albedrío del ser humano y derivando en todo tipo de preocupaciones que impiden disfrutar de la vida y vibrar más alto en todos los niveles. - Separatividad: El racismo, el elitismo, el sentido de superioridad entre personas, las fronteras entendidas como límites o separación entre personas… No tienen sentido en un planeta globalizado, colectivo donde formamos parte de una única humanidad y debemos aprender a cooperar y colaborar unos con otros. Lo que sucede a uno nos afecta a todos.
- Glamour: En las comodidades, los bienes materiales y el estado del bienestar basado en el consumismo. La materia es importante ya que es la densificación del propio Espíritu. Estamos hablando del egregor de la necesidad o la creencia de que los bienes materiales nos van a proporcionar la felicidad y el sentido de la realización. Por el contrario, esa plenitud, felicidad y bienestar ésta relacionado con el crecimiento, el desarrollo y la expansión de la conciencia del Alma.
Actualmente nos encontramos en una situación social, espiritual y mental idónea para reflexionar y reconstruirnos de forma individual y colectiva.
Cuando afirmamos que nuestro mundo interior crea la realidad externa nos referimos a que la calidad de los pensamientos y las emociones que creamos determina la calidad de la vida y de las acciones que realizamos.
Así pues, despertemos la conciencia individual hacia una conciencia colectiva. Manteniendo la riqueza de las diferentes culturas, soberanía personal y de cada individuo y país pero comprendiendo que debemos crear nuevos egregores que nos llevarán a una nueva etapa en el desarrollo de la humanidad. Permitamos que los egregores que tratamos de construir basados en nuevos ideales y valores salgan a la luz y se desarrollen.
Te dejo con el vídeo 😉