Hola,
¿Cómo ha ido tu semana?
Hace tres meses que inició el 2021, ha pasado un trimestre y es un buen momento para hacer balance. No esperaremos a diciembre, ha pasado un cuarto de año y está bien ver en qué punto nos encontramos sin juzgarnos.
Por eso te propongo que hagas cinco respiraciones calmadas y profundas y te preguntes:
¿Cuáles fueron mis propósitos al empezar este 2021?
Piénsalo, sincérate, nadie más te escucha, nadie puede ver tus sentimientos, ni tus pensamientos. Tómate unos instantes y luego vuelve aquí.
Ahora que tenemos claro cuáles fueron vamos a hacernos otra pregunta:
¿Estoy más cerca de lograr mis propósitos?
- Sí.
- No.
- Mis propósitos han cambiado.
En cualquier caso, pregúntate. ¿Por qué?
- Si la respuesta es "sí".
- ¿Cómo has llegado hasta aquí?
- ¿Qué has hecho para conseguirlo?
- Si la respuesta es "no".
- ¿Cómo de importante es para mí este propósito?
- ¿Por qué no le he dedicado mi atención y mi tiempo?.
- Si la respuesta es "mis propósitos han cambiado".
- ¿Cuáles fueron las sensaciones o razones por las que elegí este propósito?
- ¿Qué ha cambiado para que ya no lo sea?
- ¿Cuáles serán mis propósitos ahora?
¿Quién soy realmente?
Cualquier respuesta está bien, es parte de tu recorrido, de tu crecimiento personal, no te juzgues, sencillamente pon luz y reconoce tu realidad.
En ocasiones, el miedo nos impide ver quienes somos realmente, tenemos tanto miedo de encontrarnos con alguien que no nos gusta dentro de nosotros mismos, que no nos permitimos un momento de soledad, un momento de silencio, un momento con uno mismo. En realidad eso provoca que nos distanciemos de nuestra esencia y terminamos olvidando quienes somos realmente.
Algo parecido pasa con los propósitos de año nuevo, los decidimos con la mayor de las ilusiones, sin embargo cuando comienzan a pasar las semanas y no los ponemos en marcha el miedo al fracaso aparece, con él la culpa y las excusas, hasta que no podemos evitar que un malestar crezca en nuestro interior y rehuyamos el momento de reconocer que si no estamos más cerca de nuestros propósitos no ocurre nada, ya sea porque no hemos puesto medios o porque realmente no era tan importante para nosotros, no debemos flagelarnos por ello.
No obstante, como demuestran muchos estudios, tener un propósito a lo largo de la vida, incluso varios, es una de las claves para una vida sana, larga y feliz.
Por eso, sin peso, ligeros, libres y sin sentirnos juzgados por nadie, ni siquiera por nosotros mismos, es importante que a nuestro ritmo vayamos descubriendo quienes somos y cuál es nuestro propósito.
Uno de mis propósitos es desarrollar los cursos de Sanación Energética Vital® al máximo y ayudar a transformar la vida de las personas para que cumplan su misión.
¿Cuál es el tuyo? Descubrámoslo.
Si todavía no lo sabes quizá pueda ayudarte este artículo de nuestro blog, incluye un Planificador de Propósitos de manera totalmente gratuita.
Sin más, me despido con esta frase de Juan Trigo:
No esperes a que los demás te digan cómo eres, averígualo tú.